miércoles, 27 de febrero de 2008

el sueño del pájaro loco


RIMBAUD

En cuanto la idea del diluvio se sosegó,
Una liebre se detuvo y dijo su plegaria al arco iris, a través de la telaraña.
Las piedras preciosas que se ocultaban, las flores que miraban ya. En la ancha calle sucia, las carnicerías se levantaron, y fueron haladas las barcas hacia el mar.
La sangre corrió en casa, en los mataderos, en los circos donde el sello de Dios hizo palidecer las ventanas. La sangre y la leche corrieron.
Los castores edificaron un puesto de peaje en el acceso oeste. En la gran casa de vidrio los niños de luto miraron las maravillosas imágenes.
...y después, claro, el sueño del pájaro loco.

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