martes, 19 de julio de 2011

CIUDAD FARMACIA





Graciela (48 años), una mujer coqueta y soltera de tetas muy grandes y ovaladas, entra a una farmacia para comprar crema de ordeñe porque tiene las manos secas. Pablo (25 años), un joven chileno que estudia gastronomía en Buenos Aires, entra a la misma farmacia para comprar diclofenac porque tiene una tremenda contractura en el cuello.
Son las ocho de la noche, es invierno pero hace calor.
Un minuto y medio después se larga la tormenta más fuerte de toda la historia de Sudamérica.
¿Quién atiende la farmacia?
Sergio (34 años), la persona más perceptiva del mundo.


Sergio: (a Pablo) ¿Qué necesitas?
Pablo: Estaba la señora.
Graciela: Señorita, jajjajajajajajajaajajaja.
Silencio.
Sergio: Me duele mucho la cabeza, tengo un poco de miedo.
Graciela: Bueno, fue un chiste nomás.
Sergio: No, no fue por el chiste, esperen… ahhhh, mi cabeza.
Silencio.
Graciela: Se me hace tarde, ¿Me das una crema de ordeñe porfavor?
Pablo: Jajajajaa, crema de ordeñe, arto gueno po, jajaja
Gracie: ¿De que te reís?
Pablo: jajja no te tomo pal leseo po, pero es que me causó gracia…
Sergio: Callense, y vos no te tenés que ir a ningún lado, estabas aburrida y tenías las manos secas por eso viniste. Estás sola porque sos mandona y no te relajás. Y vos naciste en Temuco, chile, hace 25 años y lloraste tres veces esta semana. Estás solo porque tenés baja autoestima y sos un nenito de mamá. Querés un diclofenac porque te ayuda a dormir.
Graciela: ¿Cómo sabías…
Pablo: ¿Qué andai diciendo hueon…
Sergio: Silencio!!! Se está por largar la tormenta más fuerte de toda la historia de Sudamérica, miren.
Los tres miran conmovidos a través de los vidrios blindados de la farmacia un espectáculo sublime y violento. La naturaleza degolla transeúntes con pedazos de autos, tira abajo torres recién construidas con los materiales más baratos del mercado, y finalmente levanta el asfalto y hace explotar las cloacas de la ciudad que se estampan contra la vidriera de la farmacia.
Todos sienten amor.
Todos se sienten solos.
Suena una canción hermosa y triste.