viernes, 16 de septiembre de 2011

la isla de la imaginación




En un stand de una exposición del municipio de Mercedes, provincia de Buenos Aires, hay una promotora-actriz sentada con cara de ojete. Hay un violín apoyado al costado de la silla. Es un día de semana, su turno empezó hace tres horas, ya pasaron seis colegios pero hace quince minutos que no entra nadie.

Llega una joven maestra con buenas intenciones al stand.
La promotora-actriz se levanta sin cambiar su cara de ojete.


PROMOTORA: Hola, bienvenidos a la isla de la imaginación, donde los sueños no son una ilusión sino una forma de inclusión.

La maestra mira a los costados a ver si hay alguien más alrededor.
La promotora toca el violín.

MAESTRA: Muy lindo lo que hiciste yo te quería preguntar…

La promotora se va a sentar sin mirar a la maestra a los ojos.

M: Debes estar cansada, no? Bueno, lo que te quería preguntar era si te parece que traiga a mis alumnos de segundo grado a este stand, o si quizás era para chicos más grande, además yo trabajo en la escuelita rural para chicos con una ligera discapacidad…

La promotora se pone de pie.

PROMOTORA: Hola, bienvenidos a la isla de la imaginación, donde los sueños no son una ilusión sino una forma de inclusión.

La maestra mira a los costados a ver si hay alguien más alrededor.
La promotora toca el violín hasta que termina y se vuelve a sentar.

M: Discúlpeme… yo te estoy preguntando bien. Me parece una falta e respeto que no me respondas.

P: Shhh, callate la boca, hace de cuenta que no te estoy hablando, sonreí que de lejos nos está mirando el supervisor. Sonreí!

La maestra sonríe, confundida y nerviosa.

M: Pero yo…

P: callate la boca te dije forra, no te das cuenta que me pagan por decir ese texto, no puedo decir ninguna otra cosa, entendés pelotuda?

M: No me digas así, yo soy maestra de una escuela rural de chicos con capacidades diferentes, mejor dicho con una ligera discapacidad.
P: Y yo que culpa tengo?
M: pero yo solo quería saber…
P: Andáte cara de boluda.
M: No me digas cara de boluda.
P: Pero tenés cara de boluda.
M: Y vos sos una muy mala actriz promotora, y deja mucho que desear como tocás el violín.

Silencio.

P: QUÈ DIJISTE?

Silencio.

M: Perdoname… es que estoy muy cansada, los chicos se la pasan gritando y haciendo ruidos raros todo el tiempo, viste como son…

P: QUE DIJISTE?

Silencio.

M: que eras una muy mala actriz promotora y deja mucho que desear como tocás el violín.

La promotora empieza a mandarle rayos con los ojos y le dobla las piernas a la maestra.

M: Ahhhh Me estás doblando las piernas con tu energía negativa.

La promotora le manda energía negativa y la maestra se empieza a pegar con sus propias manos y cae al piso.

M: Ahhh me estás haciendo que me pegue a mi misma con tu energía negativa.

Silencio.

P: Yo no hago nada, quizás es solo una fantasía tuya, un producto de tu imaginación ya que estamos en… la isla de la imaginación, donde los sueños no son una ilusión sino una forma de inclusión.

La maestra se pone de pie sorprendida.

M: Es cierto, todo el tiempo fui yo la que me hice mal a mi misa, yo fui la que se casó con Héctor, ese machista ignorante poco higiénico que tiene el pito muerto. Todas las decisiones fueron mías, y este falso ataque fue una creación de mi imaginación que no es una ilusión.

Silencio.

P: sabes lo que no es parte de la imaginación?

M: EL AMOR?

P: No, esto.

La promotora degolla a la maestra con el palito del violín.
(Pueden hacer saltar sangre con un sobrecito ketchup.)

La promotora toca una melodía de terror o una para niños.

Apagón.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya pedazo de mierda

Anónimo dijo...

te quiero.

Anónimo dijo...

y a tu mamá también la quiero, que tiene una conchita tan rica a veces te imagino en tu habitación, triste frente a la compu mientras se la pongo a ella.
te quiero

julián lucero.