El
humorismo tiene derecho a ser considerado como una verdadera filosofía.
Paréceme que consiste su secreto en la percepción de las incongruencias
del
universo, en el sentido antilogístico de la vida, y es como la huella
espiritual que nos deja esta paradójica experiencia: la naturalidad del
absurdo. Entonces el chiste no hace reír, sino meditar; también temblar; y el
humorista, emancipado del prejuicio racional, adquiere mayor energía que el
filósofo. Como los aires ridículos entran en su ejecución, puede decirlo todo y
atribuir, por ejemplo, causas mezquinas a los grandes efectos. Se cuenta con
todos
los recursos y todas las licencias: no queda más guía que el instinto, el valor
sustantivo del espíritu. El humorismo es, así, un maridaje afortunado de
prudencia y locura.
Alfonso
Reyes sobre Amado Nervo, o Amado Nervo en Alfonso Reyes, no recuerdo bien.